Tepoztlán
Mencionar Tepoztlán me conmueve y me despierta una profunda gratitud. Crisálida de mi transformación es el lugar donde he madurado y emprendido el vuelo.
Tepoztlán es un pueblo pequeño que vive al ritmo de sus calles empedradas bañadas de sol y de repente transformadas en ríos en temporadas de lluvia. Tepoztlán invita a celebrar, a recordar que la vida es simplemente para vivirla. ¡Tepoztlán Pueblo Mágico, Valle Sagrado!
¿Que ofrece de especial este pequeño lugar?
Ciertamente su geografía original, su pirámide, sus calles desiguales, su mercado generoso… Sus cerros y su valle evocan un útero fértil que invita al viaje interior, a gestarSe.
Sus habitantes, los Tepoztecos, comparten con dignidad el sentido de lo comunitario, de la fiesta. Regalan su fervor, su carnaval, sus veladoras, sus fogatas, sus cohetes… Ofrendas efímeras a la vida.
Los “Tepoztizos” que si bien no alcanzan a ser del todo Tepoztecos, aportan otras culturas, otros cielos, otros mundos.
«Tepoztlán es un semillero de experiencias individuales y comunitarias, de tolerancia y aprecio hacia las diferencias.»
El valle de Tepoztlán de repente se abre a lo lejos y se presencia, fantasía o realidad, un mar abierto de posibilidades.
El regalo de México y en especial de Tepoztlán para mi ha sido tiempos y conexiones para madurar, crecer, equivocarme, hacer y deshacer tantos nudos, lejos muy lejos de la presión social.
Tepoztlán en mi corazón es espacio de los posibles.
- Fuente de las imágenes: Manuel Cuesta
Una propuesta terapéutica
inspirada en la metáfora del nacimiento